Coworking + Coliving: La Fórmula que Multiplica Rentabilidad y Ocupación

Vivimos en una era donde la tecnología ha transformado no solo cómo trabajamos o nos comunicamos, sino también cómo compartimos, habitamos y colaboramos. Este blog nace con la intención de explicar de forma sencilla una idea poderosa: cómo conceptos como el shareability, la descentralización y el trabajo remoto están dando origen a nuevas formas de vivir y construir comunidad.

¿Qué es el Shareability?

Shareability es la capacidad de compartir recursos de manera eficiente, habilitada por la tecnología. Ejemplos como Uber (compartir autos), Airbnb (compartir espacios) o Spotify (compartir música sin necesidad de intermediarios) han redefinido industrias completas.

Antes, parecía impensable subirse al coche de un desconocido o vivir en casa de alguien que no conoces. Hoy, lo hacemos con un clic. El shareability elimina barreras de exclusividad, democratiza el acceso y permite que todos podamos ser participantes activos del sistema.

Del Shareability al Espacio Físico: Coworking

Este concepto se trasladó al mundo físico a través del coworking. WeWork y otros espacios similares permitieron que profesionales compartieran lugares de trabajo, fomentando la colaboración, la comunidad y reduciendo costos.

El coworking no solo fue una solución práctica; también creó un nuevo estilo de vida laboral. Ya no era necesario tener una oficina fija. Bastaba con una mesa, internet y una buena conversación en la cafetera.

La Revolución del Trabajo Remoto

La pandemia llevó esto un paso más allá: demostró que podíamos trabajar desde casa. Esto transformó el concepto de oficina y lo hizo más flexible, reduciendo espacios y estructuras jerárquicas.

Muchas empresas hoy usan modelos híbridos, en los que los escritorios ya no son propiedad de un empleado, sino que están disponibles para quien los necesite ese día. El trabajo dejó de ser un lugar, para convertirse en una actividad.

 

¿Qué sigue? Comunidades que Generan Valor

Si ya vivimos juntos, trabajamos juntos y compartimos valores, el paso natural es construir y generar ingresos juntos. La evolución lógica del co-living o co-housing no es solo compartir espacio, sino también crear sistemas de valor colectivo: comunidades donde el trabajo, la economía y la vida cotidiana se integran en un mismo ecosistema.

Esto da lugar a lo que podríamos llamar comunidades autosostenibles o activas. ¿Qué significa esto? Que las personas no solo cohabitan, sino que también colaboran para emprender, innovar y generar ingresos en conjunto.

Imagina una comunidad donde diseñadores, desarrolladores, marketers, creadores y estrategas no solo comparten un edificio, sino también un propósito económico. Juntos pueden montar una agencia, un estudio creativo, una cooperativa digital, una marca de e-commerce o incluso una DAO (Organización Autónoma Descentralizada).

Este tipo de comunidad transforma por completo el modelo tradicional de vivienda.
Ya no se paga por vivir ahí, sino que se gana por participar en ella.
La vivienda deja de ser un gasto fijo y se convierte en una infraestructura productiva.