Alcázar de los Viñedos

Este plan maestro surge como la segunda etapa de un desarrollo urbano ubicado en Tequisquiapan en el estado de Querétaro.

El proyecto original consistía en la división por lotes del fraccionamiento, sin embargo, no se tenía clara la identidad arquitectónica y urbana del desarrollo, por lo que esta nueva intervención buscó la integración del desarrollo con su contexto mediante un concepto claro y representativo.

Los obstáculos que presentaba la lotificación original era la falta de sustento y un análisis detallado que determinara si la propuesta podría resultar competitiva y atractiva para el mercado y necesidades de la zona.

Esta es una zona en donde abundan las casas de descanso o segundas propiedades que la gente compra o renta con finalidad de ocio, reposo o entretenimiento. Con esto en mente, se diseñaron lotes de diversas medidas que se pudieran adaptar a las necesidades y deseos de cada familia.

El plan maestro se comenzó con un análisis de mercado desde un punto de vista inmobiliario, que evidenció la necesidad de diseñar un fraccionamiento diferente, que priorizara al peatón y no al automóvil, por lo que el principal reto fue descartar estas ideas preconcebidas que tenemos de un fraccionamiento “de ciudad” en donde el coche es el principal protagonista, y en donde hay más espacio para automóviles que para peatones.

Las soluciones a nivel urbano consisten en generar circuitos acompañados de trota pistas y una serie de andadores e interconexiones peatonales que permiten hacer todo el fraccionamiento mucho más accesible a nivel peatonal y favoreciendo una vida más conectada con el medio natural.

Uno de los elementos originales que se respetaron para la segunda etapa, fue la iglesia “Nuestra señora del perfecto socorro” que sirvió como punto de partida para determinar el lenguaje urbano y arquitectónico del conjunto. Se aprovechó este punto de reunión para desplantar un edificio circular destinado mayormente a comercios que den servicio al mismo fraccionamiento, como lo son restaurantes, paleterías, tiendas de abarrotes, frutería, verdulería y otros tipos de comercio de barrio.

Con la idea de hacer del conjunto parte del paisaje, la materialidad fue extraída directamente de componentes que se encontraban en proximidad con el sitio, tales como la piedra y la madera, en conjunto con elementos como el concreto y placas metálicas. La paleta vegetal nació a partir de las especies nativas del estado, como lo son los mezquites y palo bobos.

Este desarrollo representa un corte humanístico que te invita a salir a caminar, andar en bicicleta y vivir los exteriores de una forma diferente.